La empresaria Natalia Ramírez Chan, asesora de la Cámara de Comercio y Servicios de Ciudad del Este, se refirió a la crisis que azota a la zona, principalmente tras el cierre de la frontera con Brasil, indicó que se acentúa cada vez más debido a que los ingresos de la ciudad dependen en un 60% del régimen de turismo, o sea, la venta a brasileños, argentinos y extranjeros. Mientras que, el 4% también dependían de lo que brindaban estudiantes extranjeros que residían en la ciudad. “El golpe es bastante grande, no sabemos cuando se podrán retomar las actividades y eso aumenta la preocupación que de por sí ya teníamos por parar de trabajar”, señaló.
Ramírez Chan, refirió que, los empresarios reconocen que no existen condiciones de abrir la frontera ahora, porque en el Brasil hay una enorme cantidad de casos de COVID-19, y nuestro país no está preparado para la situación. El primer problema para la empresaria, es que en la zona se realizan muy pocos test y si se da un contagio masivo, no habría forma siquiera de diagnosticar la enfermedad, “se realizan cantidades mínimas como 5 al día, tampoco hay espacios suficientes de contingencia, los existentes son precarios, las camas de terapia son pocas”, sostuvo. “Con solo un extranjero con COVID-19 que ingrese a nuestro país, y realice un recorrido de compras en el microcentro, podría contagiar a gran cantidad de personas y colapsar el sistema de Salud de Alto Paraná, que solo cuenta con 14 camas para tratar a unos 800 mil habitantes”. Ramírez Chan sostuvo, “no podemos ser irresponsables y pensar que vamos a poder abrir el puente y que con las condiciones de nuestros centros de Salud, podremos aguantar”, sin embargo, igualmente los gremios exigen respuestas concretas por parte de las autoridades.
La comerciante sostuvo que hasta ahora, el Gobierno no dio siquiera una probable fecha de reapertura de la frontera, ni por lo menos algún parámetro del que pudiera depender la rehabilitación, como ser, la disminución de casos, el aumento de camas de Terapia en la zona, “hasta ahora no nos dicen nada, ni al menos cuando podremos empezar a operar para organizarnos». “Nosotros estamos abiertos a respetar las disposiciones y cumplir las recomendaciones, pero está incertidumbre nos está perjudicando bastante”, lamentó. “Si sabemos cuándo se abrirá, por lo menos podemos organizar otro sistema de ventas, de atención, o decidir si cerramos definitivamente, o centrarnos en productos y ventas locales”, continúo la empresaria. “Pero mientras no sepamos cuando se va a abrir, lo único que se hace es despedir gente, pues no podemos tener a nuestros funcionarios esperando que se abran los locales”, señaló.
Como consecuencia directa, Ramírez Chan, indicó que ya de registra más de 30% de desempleo, y una gran cantidad de suspensiones de contrato, lo que impactará negativamente en todos los rubros, por lo que consideran urgente una respuesta concreta de las autoridades, “solo así disminuiría la ansiedad y la preocupación del sector”, finalizó.
