Decenas de personas privadas de libertad trabajan en la fabricación de tapabocas y otros equipos de bioseguridad para ayudar al personal de blanco en la lucha contra el Covid-19. En Pedro Juan Caballero ya fabricaron dos cápsulas para traslados de pacientes sin contaminación.
Desde que empezó la pandemia, las autoridades nacionales tomaron decisiones drásticas en el sistema penitenciario paraguayo. Por la complejidad de la situación de los internos, que sobrepasan en cantidad a la capacidad que tienen casi todas las penitenciarías del país –según datos oficiales, de las 18 cárceles, 14 están con sobrepoblación– la presencia de este virus entre las personas privadas de libertad podría representar un grave problema.
El plan tiene como objetivo principal dar una ayuda importante al sector de la salud pública, principalmente para los médicos y enfermeras que están con problemas a la hora de tener los equipos de bioseguridad. La idea, además de esta colaboración, es seguir con los programas de reinserción laboral para los internos y las internas de las penitenciarías del país.
“Con la pandemia, también nosotros tuvimos que suspender todos los trabajos que se hacían en el interior de las penitenciarías. Se suspendieron las visitas, las íntimas y las salidas transitorias. Entonces, son medidas que afectan a la población en su estado de ánimo. Con este trabajo de confeccionar los tapabocas y otros equipos, estamos logrando que estén consiguiendo una manera de enfocarse en eso, y no pensar en toda la situación difícil”, expone la ministra de Justicia, Cecilia Pérez.
La ministra señala que justamente la idea es lograr que las personas privadas de libertad puedan tener al menos con este tipo de actividad alguna motivación, ya que desde hace más de 50 días que no están recibiendo visitas de sus familiares, un momento que para la mayoría es sumamente significativo. Los primeros trabajos se iniciaron en la cárcel regional de Pedro Juan Caballero, donde los internos empezaron con la confección de tapabocas y luego ya fabricaron, en abril pasado, la primera cápsula para el traslado de pacientes con Covid-19. Ahora están para terminar 200 mamelucos de bioseguridad que serán entregados al personal de blanco de Amambay. Todo este proceso es supervisado por el doctor Carlos López, quien se desempeña en la sanidad de la penitenciaría. La semana pasada terminaron la segunda cápsula.