No termina de sorprender el trato que reciben los clubes por parte de la Asociación Paraguaya de Fútbol. Si bien el discurso siempre apunta hacia el apoyo hacia los más “desprotegidos”, eso no sale del texto. En el reinicio del Torneo Apertura, el goleador del equipo de Guaireña, el encarnaceno José “Patito” Verdún había roto el protocolo sanitario. El artillero había brindado una entrevista a un medio televisivo local, lo cual no estaba permitido en el protocolo, puesto que los medios periodísticos no pueden tener contacto con los jugadores. La APF al divisar la situación apartó al jugador del compromiso por la jornada 9 ante Guaraní y no pudo jugar.
LA DIFERENCIA PARA “OTROS”
Sin embargo una situación similar se dio el fin de semana, pero con un protagonista diferente. Se trató de Alejandro Silva, mediocampista de Olimpia. El volante uruguayo el viernes entregó una casaca a una señorita de nombre Diana Giménez, quién viralizó a través de las redes sociales la entrega. No obstante, “supuestamente” Silva fue separado del plantel principal de Olimpia por 48 horas. Así también se le procedió a la prueba de COVID-19, prueba que arrojó como resultado negativo. Es por ello que el jugador quedó habilitado para el juego ante Guaireña, disputado ayer desde las 18:30.
Llama poderosamente la atención el tratamiento que se les da a algunos clubes. Gerardo Brunstein, jefe médico de la APF trató de justificar lo de Verdún, argumentando que del guaireño fue un día antes del partido y lo de Silva tuvo un periodo de más tiempo.

9 Comments